Amada alma, eres libre, aunque a veces no te sientas así, es hora de soltar prejuicios y esa búsqueda de complacer a los demás.
Es tiempo de reconocerte como eres y de ese mismo modo amarte y aceptar cada parte de ti, reconociendo el poder que tienes de trabajar en tus virtudes, haciendo que todo aquello que va en contra de tu verdadera esencia deje de tener poder para apagar tu brillo y hacerte sentir mal.
Concéntrate en lo bueno, transforma las áreas de oportunidad y sal en busca de tu verdadera felicidad, felicidad que junto a Dios podrás disfrutar, pues su misericordia y bondad duran para siempre.
Y que tu alma diga
Bendito y alabado sea el Señor, mi Dios de día y de noche por todas las generaciones.
Ángeles de Dios