Amado ser, eres un precioso tesoro para Dios, una luz que no se apaga, una luz que no se rinde, una luz que viste el corazón de amor.
Eres visto por quienes te aman de una forma que debes valorar, cada uno de los procesos que has vivido te llevan a un nivel en donde puedes ver lo que hay realmente en ti, ese brillo que ahora tienes, esa fuerza que habita en ti, se han ido puliendo, así que no temas en reconocer
¿Para qué eres bueno?
¿Cuál es tu virtud?
¿Cuál es tu verdad y tu talento especial?
No eres la persona que eras ayer, has evolucionado, mírate con ojos nuevos, llenos de amor, mírate cómo te mira Dios, tu Padre y Salvador.
Y que tu alma diga:
Bendito y alabado es el señor mi Dios de día y de noche por todas las generaciones
Ángeles de Dios