El buen pastor da la vida por sus ovejas.
Para una madre su rebaño puede ser su familia, ¿para ti cuál es tu rebaño?
¿A quién cuidas?
¿A quién proteges?
¿A quién dedicas el compromiso de tu amor?
¿A quién entregas tu ternura?
A veces a quién cuidas te cuida, pero otras veces no es así y entregas tu corazón a quien no te corresponde, de la misma manera este es un gran aprendizaje, una gran lección, donde aprendes a respetar los procesos, a tolerar las actitudes de otras personas, pero sin perder de vista tu propio valor y en ello debes estar atento.
No pierdes tu brillo y tu luz enojándote por algo pasajero, sino que más bien enfócate en el amor de Dios, el amor de Dios no falla, no cambia, es perfecto, es eterno, es el alimento que necesita tu espíritu, es la fortaleza y la fuerza que te mantiene de pie.
Pide siempre protección, toma acción y colócate amuletos que te pueden ayudar a mantener tu energía vital.
Ángeles de Dios
