Amada alma, relájate ante la presencia de Dios, deja que sus regalos de amor fluyan hacia ti.
Hay lluvias que no llegan a dañar, llegan a sanar, llegan a alimentar, llegan a nutrir lo que estaba seco, llegan a remover lo que estaban estancamiento, llegan a mover los cimientos para que surja lo nuevo.
Hoy agradece y asume tu papel de forma activa de escribir junto a Dios todo lo bueno que ocurre en tu vida.
Que Dios sea tu guía y tu eterna compañía y recuerda Dios sabe lo que hace
Ángeles de Dios